La Virgen de Guadalupe, las películas de Cantinflas y nuestra música cautivaron al Pontífice en algún momento de su vida
El primer día de 2016, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, un peregrino mexicano anticipó a grito abierto a Su Santidad un cálido recibimiento en su inminente visita pastoral a nuestro país:
?¡Te esperamos en México, Papa! ¡Bienvenido en febrero a México!?.
La espontánea respuesta de Jorge Mario Bergoglio se hizo viral.
?¿Con tequila o sin tequila??, preguntó, desatando las risas de los presentes. El feligrés agregó:
?¡Con mucho tequila!?.
El episodio confirma que México no resulta tan ajeno al papa Francisco debido, entre otras cosas, a que su cine y su música formaron parte importante de su vida, reveló en una entrevista exclusiva que concedió en marzo de 2015 a la periodista mexicana Valentina Alazraki, desde hace 42 años corresponsal de Televisa en la Santa Sede. Aquí algunos extractos que denotan el aprecio que siente por nuestra tierra.
Cero y van... tres. Jorge Mario Bergoglio estuvo antes dos veces en México: la primera en 1970, durante su noviciado sacerdotal; entonces conoció La Villa antigua. La segunda ocurrió en enero de 1999, en el marco de la cuarta visita pastoral de Juan Pablo II. Entonces era obispo de Buenos Aires, Argentina, y conoció la nueva Basílica de Guadalupe, donde ahora oficiará una misa ya como Jefe de la Iglesia Católica.
?LA VIRGEN DE GUADALUPE ES PUERTA A LA SANTIDAD?
¿Cómo es posible que no visite México este año? Había mucha esperanza de que usted fuera en septiembre...
Pensaba hacerlo porque quería entrar a los Estados Unidos por la frontera mexicana. Pero si yo iba a Ciudad Juárez, por ejemplo, y entraba desde ahí, o a Morelia, y entraba desde ahí, se iba a armar un poco de barullo: ?¡Cómo va ahí y no viene a ver a la Señora, a la Madre! (la Virgen de Guadalupe). Además, no se puede visitar México de a pedacitos. México requiere una semana. O sea que yo prometo un viaje a México como se lo merece y no a la apurada y de paso. Por eso decidí no entrar por México.
¿Qué representa para usted la Virgen de Guadalupe?
Tocó un tema que me llega mucho. Dos veces en el campo Mompúa ella le dice a San Juan Diego: ?Yo soy la Madre de Dios, por quien se vive?. Y después, cuando él está un poco temeroso, le dice: ?¿De qué tenés miedo? ¿No estoy acá, yo que soy tu Madre??. O sea, es Madre. Nosotros le decimos ?Reina, Reinecita?. Juan Diego le decía Emperatriz de Améri-
ca, pero ella se define como Madre en un momento en que América renacía. Y es la Madre que nos trae la buena noticia a México. Es una Madre que está esperando un chico. Y en ese momento trágico de la Conquista, donde hubo de todo, trae la salvación y muestra que trae un chico. Pero, ¿cómo lo muestra? ¿Cómo se muestra, además de embarazada?
Se muestra mestiza. Eso es toda una profecía, nuestro mestizaje americano. Una profecía de nuestra cultura.
Por eso ella traspasa los límites de México, y va mucho más allá y es la unidad del pueblo americano. Es la Madre. América no es huérfana. Tiene una Madre que nos trae a Jesús. O sea, la salvación que es Cristo viene por una mujer y quiso ella demostrarlo a través de su mestizaje que lo traía a México de una manera especial. Y elige un hijo de esa cultura para manifestarse. No elige un chico español o un colonizador, o una señora coqueta, no, no. Un simple hombre, casado, humilde. Entonces, para mí ella es Madre. Es Madre mestiza, y me atrevo a decir otra cosa: es el principio de una cosa de la cual no hablamos mucho en América: que es el gatillaje de la santidad. O sea, en la colonización americana, en la conquista americana, hubo pecado ?a rolete? (modismo argentino que significa ?en cantidad?). Se pecó mucho. Pero también hubo muchos santos. Santos que los tenemos sí, Santa Rosa de Lima, el negrito San Martín de Porres, Junípero Sierra, que evangelizó California, y que antes de ir a la misión de California fue precisamente a ella. Ella de alguna manera abrió la puerta a esa corriente de santidad. Los santos mexicanos, los santos americanos, son muchos. Para mí, ella es todo esto que le dije: es Madre, fuente de unidad cultural, puerta hacia la santidad en medio de tanto pecado y de tanta injusticia, y tanta explotación y tanta muerte, es Madre. Entonces, eso es lo que siento cuando la veo.
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