Hace tres años, Diego de Erice se sometió a dos cirugías de columna que lo mantuvieron seis meses sin poder caminar; hoy, el actor y conductor de LCDLF México nos dice cómo pasó esa difícil prueba
Hay accidentes que parecen castigos, hasta que el tiempo los revela como regalos envueltos en dolor. Para Diego de Erice, aquel golpe en la columna que lo llevó justo hace tres años a dos cirugías delicadas y a perder la sensibilidad de una pierna, fue eso: el punto de inflexión. Hoy lo cuenta tranquilo. “Se me rompió la columna, literal, tuve dos accidentes y se me quebró la vértebra L5 y la S1. Me pusieron una placa, tornillos… soy mitad humano, mitad Iron Man”, dijo con humor.
Durante seis meses, el actor no pudo caminar; y postrado en cama, “desde ese lugar inmóvil, empecé a pintar otra vez. Volví a mí”, expresó el conductor, quien ha encontrado en el arte plástico una gran pasión.
“ESTOY EN MI MEJOR VERSIÓN”
Al final, después de la tormenta, siempre viene la calma y así ha sido para Diego, quien después de pasar por ese momento delicado de salud, hoy está disfrutando de las mieles del éxito de su personaje en la telenovela A.MAR y de todo lo bonito que de forma personal le está sucediendo.
“Estoy en mi mejor versión. Hoy lo puedo afirmar. Me siento mejor que nunca: espiritualmente, profesionalmente y físicamente. Estoy regresando con todo al gimnasio, después de años”.
Además, nos dijo, aunque no tomaba alcohol con frecuencia, ya lo dejó por completo, cuida su alimentación y se siente pleno:
“De verdad es mi mejor etapa”, subrayó. Sin embargo, este proceso no ha sido gratuito, ha implicado renuncias: “Tuve que castigar los pocos tequilas que me gustaba tomar… pero valió la pena. Entendí que la vida no es consecuencia de lo que te pasa, sino de lo que decides hacer con eso, podía haberme tirado al drama con la cirugía, pero elegí otra cosa. Y me siento profundamente orgulloso de eso”.
“QUIERO QUE VEAN A UN DIEGO RENOVADO”
El proyecto que lo tiene muy entusiasmado es La casa de los famosos México, donde regresa por tercera ocasión como conductor. “En esta profesión, el ‘otra vez’ nunca es seguro. Que vuelva a suceder es un regalo”, enfatizó.
Para Diego, la preparación va más allá del guión: “Sigo trabajando para dar la mejor conducción, pero también quiero que vean a un Diego renovado. Más fuerte, más centrado y más claro”.
Diego de Erice no sólo volvió a caminar. Volvió a elegir. Y al hacerlo, eligió la mejor versión de sí mismo.