¡la boda e convirtió en uno de los días más felices de su vida!
Jenni Rivera es uno de los personajes más populares del ambiente artístico. Lo tiene todo, pero ha pasado por momentos muy turbios en su vida, para ser la persona que es hoy. Indudablemente, ‘La Diva de la Banda’ vivió uno de los días más felices de su vida hace algunas semanas: la boda de su hija Jacqie.
TVyNovelas fue testigo, cómo en su núcleo familiar y en su faceta de mujer, madre y esposa es un ser humano totalmente entregado a los suyos: emotiva, expresiva y comprometida, pero sobre todas las cosas, protectora y amorosa. En ese momento, la cantante dejó a un lado las características que han cimentado su carrera: los temas fuertes de desamor en contra de los hombres. En esa boda se mostró una Jenni Rivera que no conocíamos, que habló con nosotros sobre sus sentimientos.
ME EMOCIONÉ AL VER A MIS HIJOS ABRAZADOS
Jenni, ¿cómo te sientes de acompañar a tu hija al inicio de su felicidad como mujer y esposa?
Imagínate, como madre lo que uno quiere es ver felices y realizados a sus hijos y esto es parte de eso, pero resulta, que quien se casó fue una de mis hijas, que soñaba hacerlo algún día con un hombre que la amara incondicionalmente. Y me encanta saberla enamorada y correspondida.
¿Estás feliz por la boda?
Claro porque como madre es un privilegio y algo hermoso acompañar a los hijos a vivir su felicidad, pero al mismo tiempo, tengo sentimientos encontrados, pues también experimento el dolor y la tristeza de saber que los hijos crecen y se van
porque son prestados y tienen que realizarse. Es algo difícil para una mujer como yo que ha sido mamá y papá porque los he visto crecer, he estado en todas sus etapas y he visto cómo se van enamorando y van saliendo del nido, pero al final, es una gran bendición.
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¿Qué pensaste en el momento en que tomaste de la mano a tu hija vestida de novia para llevarla al altar?
Esos fueron los minutos más intensos, porque significaron precisamente eso: entregar su mano a la persona con la que ella quiere estar el resto de su vida. En realidad todas esas emociones tan intensas las viví desde que empecé a vestirla, porque así es como uno viste a sus niñas cuando ellas nacen, cuando son chiquitas y no pueden solas, luego les pones sus uniformes, las peinas y arreglas para llevarlas a la escuela. Y todos esos momentos los recordé cuando le abroché su vestido y le puse su velo, cuando la vi, la abracé y le dije: ‘qué novia tan hermosa’, pero todavía faltaba lo bueno, que era llevarla rumbo al altar.
¿Qué sentiste al conducirla al altar?, porque tanto a ella como a ti, se les llenaron sus ojos de lágrimas cuando llegaron a la ceremonia?
Recordé toda su vida en un momento y me sentí muy orgullosa al saber cuánto me he esforzado por preparar a esa jovencita, por moldear a esa mujer, y bien o mal, nuestra historia nos ha ayudado para fortalecernos y convertirnos en los seres humanos que somos ahora. Entonces, luego de vivir todo lo que vivimos, al llevar a mi niña al altar sentí como cuando la llevaba al kínder, para que aprendiera todo lo posible al iniciar su formación académica. Reflexioné en que valieron la pena todos los problemas y todas las adversidades, porque eso nos ha unido para siempre como familia. Y eso ha convertido a Jacqie en la gran mujer que es.
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Para tus hijos también fue un día muy especial, desde tus ojos de madre, ¿cómo los viste compartir el día de la boda de su hermana?
Me emocioné mucho al observar cómo mis hijos...
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