La colección de la Duquesa de Sussex cuenta hasta el momento con 91 piezas, que incluyen siete collares, 23 brazaletes, 26 anillos y 35 pares de aretes.
Desde que se hizo pública su relación con el príncipe Harry, Meghan Markle ha estado consciente de que el ojo público estaría sobre ella en cualquier aparición, y tras contraer matrimonio, ha manejado este escrutinio con discreción y elegancia. Una forma de expresarse, ha sido a través de las joyas que ha portado en cada momento, como utilizar el mismo brazalete africano que su esposo, hasta anunciar su próxima maternidad portando un collar con la palabra ‘mamá’.
La adquisición más reciente, es el ‘anillo de la eternidad’, que utilizó este mes en su primera aparición pública, tras el nacimiento de su hijo, Archie. Con este, dejó en claro que había un mensaje especial, comenzando porque fue un regalo de Harry por su primer año de casados, y después, porque se dice que la pieza de diamantes, con un costo de 4 mil 350 euros, fue creada por el joyero personal de la Reina Isabel, Harry Collins.
Esta joya es la última de una asombrosa colección que Meghan ha recibido en el último año, valorada en 600 mil libras (casi 15 millones de pesos mexicanos). Lo acumulado incluye el anillo de aguamarina de 75 mil euros que su difunta suegra, la Princesa Diana, usó el día de su boda; unos aretes de Cartier de 60 mil euros y uno más de perlas y diamantes de 4 mil 275 que fueron un regalo de la Reina.
Grant Mobley, reconocido joyero que valoró algunas reliquias de Lady Di, dijo a The Mail on Sunday: “La familia real es uno de los mejores ejemplos de cómo las joyas de diamantes pueden resistir el paso del tiempo, se transmiten de generación en generación y sólo crecen en valor emocional e intrínseco a lo largo de los años”.
Incluso, Catalina de Cambridge, la esposa del príncipe William, no cuenta con un tesoro tan impresionante. Su colección es aproximadamente de 60 piezas, incluido el anillo de compromiso de zafiro que fue de la madre de su esposo, con un valor aproximado de 300 mil euros, así como el Suite saudí, el regalo de bodas que hiciera el Príncipe Fahd, el cual contenía un reloj de zafiro, un par de aretes, pulsera, animo y collar.
Por su parte, Meghan ha recibido una buena cantidad de artículos que pertenecían a la Princesa Diana, como los aretes de mariposa y el brazalete de oro que utilizó el primer día de la gira por Australia que realizó con Harry el año pasado, cuando anunciaron su embarazo.
El joyero cree que este es el motivo principal por el que las alhajas de Meghan son un tema de conversación, pues además, “a menudo usa piezas que las personas promedio considerarían hasta cierto punto accesibles”; eso y el hecho de que suele sentir atracción por diseñadores menos conocidos, con los que comparte intereses éticos humanitarios.
Una de sus favoritas es la diseñadora de joyería Pippa Small, quien se autodescribe como “activista de derechos humanos y embajadora de supervivencia”. El príncipe Carlos y Kate Middleton también son sus admiradores.
Otras de sus consentidas, es la australiana Natalie Marie, que gusta de utilizar mezclaz de materiales reciclados y la marca canadiense Ecksand, que “respeta a la Madre Naturaleza”, ocupando oro reciclado y gemas libres de conflicto en sus creaciones.