Adamari López platicó con TVyNovelas y reveló el problema de salud que puso en riesgo su vida
TEXTO: Alonso Collantes FOTOS: Cortesía
Luego de permanecer tres meses ausente del programa Un Nuevo Día debido a una fuerte influenza, Adamari López hizo su regreso a la televisión por todo lo alto.
‘La chaparrita de oro’ habló con nosotros sobre este difícil proceso que puso su vida en riesgo una vez más, ya que hace unos años libró una dura batalla contra un cáncer de mama que ya lo tiene superado.
La carismática presentadora confesó que se debatió entre la vida y la muerte y temió por su vida, ya que estuvo gran parte del tiempo en el hospital inconsciente.
Ada, ¿cómo estás?
Muy bien, gracias a Dios. Me siento muy recuperada.
¿Qué fue lo que te sucedió?
Empecé con una molestia en la garganta y fue empeorando. Me fui a Jamaica con Toni y de ahí me fui a Nueva York. En ese viaje a Jamaica, ya no me sentía bien de la garganta. Me tomé un antibiótico pensando que se me iba a pasar. El doctor que tenemos en el programa me dijo que podía tener una neumonía y que me fuera a hacer unas placas a los pulmones. Fui al doctor, pero no me hice las placas.
¿En qué momento decides ir al hospital?
Hubo un día que estaba jugando con mi hija, Alaïa, subí unas escaleras, y sentí que no podía respirar, que me faltaba mucho el aire. Me diagnosticaron toxoplasmosis, que era una bacteria que me estaba afectando; pero esa no era la razón principal. Tenía una influenza y parecía que me estaban tratando como un paciente con una enfermedad terminal.
Se especularon muchas cosas, entre ellas que te habías hecho un tratamiento de fertilidad y eso te causó un coma…
Así es. Nunca he mentido con temas de salud y es algo con que no me juego. Cuando salí del hospital estuve muy débil. Tuve que tomar terapia para fortalecerme físicamente porque perdí mucha masa muscular.
¿Estuviste en coma?
Estuve inconsciente porque estaba muy sedada por los medicamentos.
¿Cuánto peso perdiste?
Alrededor de 30 libras (14 kilos).
¿Temiste por tu vida?
La verdad que sí. Cuando me enfrenté al cáncer, dentro de lo inesperado que fue, veía una luz más clara para salir adelante. Aquí cuando pensé que a lo mejor no iba a poder estar para mi Alaïa, en que no la iba a poder ver crecer, me costaba mucho trabajo y me desesperaba. Pensé que no lo iba a lograr. Me dolía por ella, porque a lo mejor pensaría que la había abandonado.